El gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular surgieron tanto de largas raíces de la historia política y social de Chile como de una articulación ideológica que se dio en la gran mayoría de las democracias modernas hasta el periodo que aquí se trata. Podía convivir con el sistema institucional mientras estaba en la oposición; una vez asumido el gobierno de la Unidad Popular, estaba impelido a la realización de un programa que tenía que originar una profunda crisis. La izquierda chilena no fue un mero prólogo al gobierno de la Unidad Popular, sino que provenía al menos desde las últimas décadas del siglo XIX, como se ha dado en todas las sociedades, con un sistema de partidos diversificados. Dos características son dignas de destacar: primero, que Chile tenía una tradición institucional relativamente sólida en el marco de la evolución moderna, y a ella tenía que adaptarse la izquierda; segundo, que después de muchos vaivenes la izquierda, desde mediados del siglo XX, se fue orientando de manera prácticamente unánime tras los paradigmas de los sistemas marxistas.