El propósito de este libro no es proponer recetas o soluciones concretas a la diversidad de problemas e incertidumbres que están presentes en el debate actual. Tampoco proponer políticas públicas. Se trata de definir la discusión en torno a una visión antropológica que otorgue contenido al concepto de desarrollo integral y que logre encauzar los diferentes proyectos personales con el bien común, que consiste en permitir y fomentar que todos los individuos o asociaciones que integran la sociedad puedan alcanzar su propio fin, en la mayor medida de lo posible. Esta definición antropológica se hace desde nuestra tradición intelectual, construida a través de los siglos a la luz del pensamiento y enseñanza de personajes como Aristóteles, Cicerón, Edmund Burke, Juan Pablo II y Robert P. George, por nombrar sólo algunos, que tiene como idea central que a pesar de la multiplicidad de fines individuales, también existe un fin general de la vida en sociedad y que la manera en que aquéllos se relacionan con éste es precisamente mediante el poder político, la justicia y la libertad.