Sebastián Burr analiza a fondo nuestra situación sociopolítica, y hace una severa critica al modelo de democracia representativa que ha regido por más de cien años el manejo gubernativo y legislativo del país, señalando las deficiencias y distorsiones institucionales que ha generado a través del tiempo, y sobre todo el cúmulo de bloqueos, estancamientos y subdesarrollos de todo orden que ha provocado en gran parte de la ciudadanía. Vaticina el inevitable colapso de ese modelo, en Chile y en la mayoría de los países de occidente, y propone, a partir de las capacidades naturales de la condición humana descubiertas por la antropología filosófica, y que existen latentes en toda persona, transitar a un sistema de democracia participativa, caracterizado por un ejercicio activo y en primera persona persona de la libertad, a través de las instituciones más relevantes para el desarrollo superior de los ciudadanos: educación, trabajo, familia y orden sociopolítico.